NUESTROS COMPIS PELUDOS (del primer año)

Fran nos cuenta:  "Este es mi perro Dado, es pequeño y suele estar siempre moviendo la cola, se pone a llorar cuando nos alejamos de él. Vive en una caseta de perro con sus cuatro hijos. Cuando mi padre subió por las escaleras con él me dio muchísima alegría, yo siempre estaba pendiente de él. Ahora están todos en el trabajo de mi padre donde están muy cómodos". 

 

Sara nos cuenta: "Mi perro (a la izquierda) se llama Lobo, me lo regaló por reyes mi vecina porque ella ya no quería más animales y me lo quedé yo. Desde pequeño era muy bonito y lo quiero un montón. Es cariñoso y simpático. Mi perrita Luna (derecha) estaba abandonada, sólo tenía tres meses y cuando la llevé a casa Lobo se puso súper contento, al principio no paraban de jugar. Es la perrita más obediente que he tenido".

 José nos cuenta: "Adopté un perro de purina porque un día me aburría en el campo y me apetecía tener un perro, entonces se lo comenté a mis padres y al principio me decían que no, pero al final los convencí y ahora tenemos a Luna. Es una gran exploradora, un día nos trajo a casa el gazapillo que se ve en la foto con toda delicadeza".

Juana Mª nos cuenta: "Desde pequeña mi hermano y yo le estábamos pidiendo a mi padre que nos dejara tener un perro en casa, pero él no nos dejaba. Una tarde mi hermano y yo estábamos jugando en el parque y mi madre nos llamó y nos dijo que nos fuéramos al kiosco del Cespín que nuestro padre nos iba a comprar un perro. Cuando llegamos el dueño de los cachorros trajo dos, uno negro y otra color canela, estuvimos jugando un rato con ellos y al final decidimos quedarnos con el macho. Cuando llegamos a mi casa empezamos a pensar qué nombre ponerle y yo, como era pequeño y negro, dije ¿lo llamamos Negrito? y todos dijeron que sí. La primera noche que pasó en mi casa mi hermano y yo no nos separamos de él. Negrito tiene un carácter tranquilo, siempre quiere estar jugando y sobre todo es muy cariñoso. Tiene 6 años, nos ha acompañado y alegrado muchos días. ¡Te quiero bolita!".

Celia nos cuenta: "Yo desde que aprendí a hablar estaba pidiendo un perro y no paraba de pedirlo, pero hasta que no pasaron 12 años no tuve de verdad mi oportunidad. Ese San Isidro Spandy puso dos cajas para adoptar a unos cachorros que les habían dejado en la puerta del albergue y que no hubiesen podido sobrevivir allí, cuando los ví me enamoré y entonces llamé a mi madre como unas 13 veces para convencerla de adoptar uno porque yo sabía que podía cuidarle lo suficientemente bien y entonces, después de rogar y rogar, la adopté. Estaba noche y día con ella y le puse Nala porque así es como se llamaba la leona del Rey León y de pequeña, como podéis ver, se parecía".

Gloria nos cuenta: "Nosotros adoptamos a mi primer gato, se llamaba Nina; yo tenía 3 ó 4 años y cuando limpiábamos la cochera pasó mi tía y su madre diciendo que su gata había tenido gatitos, así que me llevó a su casa a verlos y empecé a jugar con una, por lo que mis padres decidieron quedársela. Ella creció y vivió conmigo mucho tiempo pero finalmente murió y ahora tengo a Aslan (foto) que es uno de los descendientes de Nina".

Ismael nos cuenta: "Mi perro se llama Perry, su madre es la perra de mi tía; nació el 1 de septiembre de 2012, vino a mi campo a los dos meses de nacer, lo teníamos en la casa cuando vino y tuvimos que enseñarle desde un principio, rabiándole para que no se hiciese pis dentro. Mi perro se crió al lado de una gata, por lo que no le hace nada, casi siempre duermen juntos y no discuten por la comida, aunque mi perro es avaricioso. Hará un año, se escapó dos días y me enfadé mucho con mi hermano porque fue él el que se dejó la puerta abierta, pero volvió, lleno de pinchos, pero volvió. Ahora hace agujeros al lado de la valla y se escapa, pero siempre vuelve".

Mª Isabel nos cuenta: "Yo llevaba unos meses antes de mi cumpleaños intentando convencer a mi padre de que adoptásemos a un perrito. Él siempre me decía que no, que no lo iba a cuidar, que no lo iba a atender como se merece, siempre me decía lo mismo y yo siempre me enfadaba. el día de mi cumpleaños, el uno de diciembre, por la mañana cuando me desperté ví a una cachorrita en una caja al lado de mi cama, me empecé a reir muy ilusionada, la cogí en brazos y la abracé muy fuerte y bajé corriendo al salón donde estaban mis padres preparando el desayuno, sin soltar a mi cachorrita de los brazos, me lancé a mi padre y le dí un beso enorme, él se empezó a reir y le pregunté que de dónde la había sacado y me dijo: "la perra de un amigo había tenido 3 cachorritos y no sabía qué hacer con ellos, quería abandonarlos y yo le dije que no, que se los regalase a alguien y él aceptó y me dió tanta pena de verlos tan pequeños que cojí el más pequeñín y me lo regaló a mí. Los otros dos se los regalamos a las vecinas de enfrente". Le dí las gracias por haberla adoptado y empecé a pensar qué nombre le iba a poner y de repente me vino a la cabeza el nombre de Daga y me gustó mucho. Así que así se llama mi cachorrita, Daga, a la que cuidaré como mi mayor tesoro, la quiero mucho y es encantadora y muy juguetona".

Violeta nos cuenta: "Laika, mi perrita, es de Málaga, llegó a casa porque mi hermano y yo queríamos un perro y el primo de mi madre nos dijo que su perra iba a parir, entonces le dijimos que queríamos uno y un día cuando llegamos a casa, estaba Laika. Ahora tiene 8 años y 6 meses, es muy tranquila pero cuando la sacamos a pasear se pone muy nerviosa. Cuando le toco la armónica se pone a cantar conmigo".

Ana nos cuenta: "Cuando yo era pequeña me trajeron un perro a casa de mi abuela, mi madre y mi tía se la habían encontrado debajo de un coche una tarde de lluvia, tenía dos o tres meses. Cuando llegó a casa de mi abuela era muy juguetona y nerviosa pero poco a poco, enseñándola y corrigiéndola, se ha vuelto tranquila y muy cariñosa con la gente, cuando te ve se pone contenta. Yo me la llevo todos los días a pasear por la carretera, ella va muy tranquila y siempre a mi lado, lleva 8 años conmigo y si se fuera me pondría muy triste porque la quiero mucho, es mi nena pequeña y nunca podría olvidarla".

Raúl nos cuenta: "Hola, mi animal es un pájaro, un agapornis, que es como un loro pero en pequeño. Me compré uno desde pequeñito, lo criamos y se hizo grande pero se murió en muy poco tiempo, le tenía tanto cariño que fui a comprarme otro. Es muy similar al anterior y también lo criamos y lo adiestramos para que volase por toda mi casa, ahora tiene ya por lo menos un año y le he cogido mucho cariño, siempre estoy con él sentado en el sofá, espero que viva mucho más".

Érika nos cuenta: "Tengo cuatro perros y no hemos pagado por ninguno de ellos. Spit fue el que primero llegó a la familia, es un pastor alemán y lo recogimos hace aproximadamente 9 años de la perrera municipal de Villena, estaban a punto de sacrificarlo con tan sólo 3 meses porque se lo habían encontrado en la calle abandonado sin chip ni nada y por eso nos lo quedamos nosotros, ahora Spit está viejecito y feliz gracias a nosotros. El siguiente en llegar a la familia fue Lucas, un perro sin raza y muy pequeño, también tendrá aproximadamente unos 9 años; su historia no es muy rara, simplemente su mamá tuvo dos cachorros y después de días y días convenciendo a mi abuela entre mi tía y yo, conseguimos que nos dejara quedarnos uno, que nos fue regalado. La historia de Simba (foto) es una de las más tristes, nosotros ya no queríamos más perros pero una mañana estábamos en mi campo y vimos que había un perro de unos dos meses dentro de nuestro recinto, nos acercamos y vimos que la valla estaba un poco doblada, por lo tanto a Simba lo tiraron por encima; nosotros, cabreados por la situación, lo llevamos al veterinario y allí nos dijeron que tenía una pata rota, que no tenía chip y que habían dos opciones, o nos lo quedábamos o lo sacrificaba, sin ninguna duda y, a pesar de no querer más perros, decidimos quedárnoslo, curarlo y protegerlo. Sultán ha sido el último en llegar a la familia, es el más pequeño de todos, no llega ni a un año; su historia también es muy triste, mi tía iba paseando por el mercado de Alicante y vió a una mujer muy pobre con una caja de zapatos en la que estaba el perro, lleno de pulgas y desnutrido, ella se encaprichó del perro y le preguntó a la mujer si se lo podía quedar, la mujer respondió: "claro que sí, yo no tengo dinero para cuidarlo y estaba buscando a alguien para que se lo quede"; mi tía lo llevó al veterinario, le quitaron todas las pulgas y le pusieron el chip, al principio se iba a llamar Pulgui pero no sé porqué motivo acabó llamándose Sultán. Espero que las historias os hayan gustado y recordad: los animales, como las personas, tienen sentimientos y sienten el dolor, por lo tanto, ni los maltrates ni los abandones".

Andrea nos cuenta: "La perrita que está en las fotos se llama Fiona, lleva varios años con nosotros y es muy cariñosa, sólo piensa en jugar y es muy nerviosa. El padre de mi perrita fue ganador de los juegos olímpicos y de belleza hace muchos años, pero a pesar de eso, a mi perra no se le pegó nada porque es torpe y feíca, jajajaja, ¡pero la queremos!".

Samantha nos cuenta: "Tobby llegó a nuestras vidas porque una perra lo dió a luz y su dueño lo quería abandonar, así que nosotros le dijimos que no hiciese eso y nos lo quedamos. Era muy coqueto, cariñoso y juguetón, era pequeño y siempre movía la cola".

Bea nos cuenta: "Mi mascota era un conejo, Whiskers, lo tuve hasta hace tres años. Un día se lo regalaron a mi hermano y lo trajo a mi casa cuando era un cachorrito. Mi madre y yo nos ocupábamos de darle de comer y de limpiarle su casa, yo jugaba mucho con él y lo echo de menos...".

Sofiane nos cuenta: "Mi mascota es un caballo que vive en Marruecos donde he nacido yo y a mí, como a toda mi familia, me gustan mucho los caballos, es mi animal preferido. En verano voy a visitarlo y me gusta mucho estar con él".

Jorge nos cuenta: "A mi perrita Lassi la adoptamos en Purina porque un amigo me dijo que estaban regalando perros. Ahora vive en Córdoba en el campo de un amigo de mi abuela, yo voy a verla siempre en verano".